Los niños de Palestina son víctimas de violencia indiscriminada a manos de las fuerzas israelíes y como consecuencia de los combates entre facciones internas, advirtió la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
En su informe de agosto, la Oficina de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para la Coordinación de Asuntos Humanitarios expresó su preocupación por la inadecuada protección que reciben.
Ahmad Husam Yousef Mosa, de 10 años, "murió de un balazo en la cabeza disparado por la policía fronteriza israelí, luego de una protesta en la aldea cisjordana de Ni'lin" en julio, destacó en su más reciente informe al respecto la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
Al día siguiente, los médicos diagnosticaron que el joven Yousef Ahmad A'mira, de 15 años, tenía muerte cerebral: había recibido varios balazos en la cabeza, disparados a quemarropa por la policía fronteriza de Israel.
"Otros 44 niños fueron heridos ese mes en Cisjordania y en la franja de Gaza, donde dos murieron y siete resultaron heridos a causa de enfrentamientos entre facciones palestinas rivales", agregó el informe.
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En lo que va del año, "el número de niños muertos es de 95 palestinos y cuatro israelíes, y hubo 386 heridos palestinos y ocho israelíes", señaló el estudio.
El palestino Muhammad Ayman, de 18 años, vive en la aldea cisjordana de Al-Mazra'a Al-Qiliya, cerca de Ramalá. Vio a su amigo Muhammed Shreitih morir desangrado tras ser baleado en la cabeza por un colono israelí, durante una protesta contra las incursiones del ejército de Israel en Gaza.
"Me cuesta dormir por las noches y todavía tengo pesadillas. Me despierto bañado en sudor tras ver la cara de Muhammed en un charco de sangre", relató a IPS.
El colono israelí abrió fuego contra Ayman y varios de sus amigos, pero sólo Shreitih fue alcanzado.
"Comenzó a dispararnos incluso antes de que llegáramos al asentamiento. Se dirigió hacia nosotros y empezó a tirar a unos 50 metros de distancia", agregó.
Una investigación de la policía israelí determinó que el colono había actuado "en defensa propia".
El psicólogo Marwan Diab, quien atiende a niños traumatizados por la endémica violencia en el marco del Programa Comunitario de Salud de Gaza, advirtió que el impacto en los futuros líderes palestinos o ciudadanos en su vida adulta es alarmante.
"Toda una generación de niños palestinos afronta el peligro de sufrir un daño psicológico irreparable si no cuentan con ayuda inmediata y si no mejoran las condiciones políticas, sociales y económicas en Gaza", dijo a IPS.
"Estamos muy preocupados por esos niños", señaló Patricia McPhillips, representante especial del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en territorio palestino.
"Sólo el año pasado, 37.500 niños participaron en nuestras reuniones de terapia de grupo, 1.200 en sesiones individuales. También visitamos a 800 familias, en sus casas y hospitales, luego de episodios traumáticos", relató a IPS.
Más allá del alto número de muertos y heridos, los niños palestinos deben superar desafíos abrumadores para llevar una vida normal a causa de la discriminación, la pobreza, la ausencia de escuelas o sitios de recreación y un horizonte político que no ofrece esperanzas para su precaria existencia.
El director para Gaza de la Agencia de las Naciones Unidas de Asistencia a los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés), John Ging, dijo a IPS que entre 50 y 60 por ciento de los alumnos que asisten a las escuelas de ese organismo en Gaza no aprobaron sus exámenes de matemáticas. Cuarenta por ciento reprobó los de árabe.
"La asistencia a clases se ha visto constantemente interrumpida por los enfrentamientos entre facciones palestinas, las repetidas incursiones israelíes y la extrema pobreza, que provoca que los niños vayan a la escuela con hambre e imposibilitados de prestar atención", agregó.
Según datos de Unicef, 70 por ciento de los niños de Gaza son refugiados.
El director general del Ministerio de Educación de la Autoridad Nacional Palestina en Gaza, Haifa Fahmi El-Agha, comentó a IPS que la proporción alumnos que no califican para pasar de grado se mantiene artificialmente baja, a causa del escaso número de escuelas y la carencia de fondos.
Los niños palestinos se encuentran en situación de desventaja desde su nacimiento. Muchos mueren a causa de malformaciones congénitas, bajo peso, alumbramiento prematuro e infecciones respiratorias agudas contraídas en campamentos de refugiados, señaló la UNRWA.
A esto deben sumarse altas tasas de desnutrición, privaciones económicas y desempleo, exacerbados por el bloqueo de Israel a Gaza. Asimismo, los niños palestinos son regularmente encarcelados por los israelíes en ámbitos que deben compartir con delincuentes adultos.
Según un estudio difundido meses atrás por la oficina de asuntos humanitarios de la ONU, el ejército israelí arrestó en 2007 a 700 niños palestinos. Casi un tercio de ese total pasó algún tiempo en prisión sin ser sometido a juicio.
El total de niños arrestados desde la segunda Intifada —levantamiento popular contra la ocupación israelí— de 2000 llega a 5.900, según ese informe.
La investigación también describe un patrón de abuso físico y tratamiento humillante durante la detención y de maltrato psicológico en los interrogatorios. Muchos de esos niños fueron arrestados en puestos de control en las rutas, en la calle o en sus casas en medio de la noche luego de incursiones de los militares israelíes.
La organización de derechos humanos israelí B'Tselem señaló que muchos son mantenidos en confinamiento solitario en un cubículo sin luz de 1,5 metros por 1,5 metros, mientras que otros son confinados en el "armario", una estrecha celda en la que deben permanecer de pie, sin poder sentarse o moverse.
La "tumba", agregó, figura entre los favoritos del Shin Bet, el servicio de inteligencia israelí. Se trata de una "caja", con una puerta en su parte superior, que mide aproximadamente un metro por 60 centímetros, con una profundidad de 80 centímetros.
Según la no gubernamental Defensa de los Niños Internacional, las penas que reciben los palestinos son especialmente severas.
Arrojar piedras en un enfrentamiento puede ser castigado con una condena de entre 10 y 20 años de cárcel, mientras que por dañar una instalación militar está contemplada la cadena perpetua.
Lastimar, insultar o amenazar a un miembro de las fuerzas armadas israelíes conlleva una condena de 10 años de prisión, cinco menos que el término promedio para los casos de asesinato en Israel.